Un aplauso para el ser más fiel que existe,
para tu amigo del alma,
aquel que cuando llores lamerá tus lágrimas y te sacará una sonrisa.
Ese con el que dabas paseos, con el que compartías una ruta y lugar favoritos, y al que le gustaba beber el agua de los charcos en invierno.
El que dormía la siesta a tus pies en el sofá mientras tú veías esa serie que te gustaba tanto y luego se revolcaba contigo mientras jugabais.
El que lloraba cuando te ibas y que cuando alguna comida no te gustaba él se la comía con mucho gusto por ti.
El que te cogió el bote de galletas para jugar y acabó comiéndoselas todas.
El que le gusta rebuscar en la basura por si algo que tú has tirado le sirve.
Ese que ladró a alguien porque te empujó.
El que nunca te abandonaría.
Ahora ve al espejo y mírate.
Lo has abandonado.
Ya no tendrás a tu amigo fiel.
Ya no habrá más paseos que a veces no te apetecía dar cuando hacía malo en invierno.
Ya no habrá nadie que ocupe sitio en el sofá mientras tú ves esa serie que te gustaba tanto y que ya acabó.
Ya nadie se comerá a comida que tú no quieres.
Ya nadie te cogerá el bote de galletas y no te dejará ninguna.
Ya no tendrás que recoger la basura que tiró.
Ya no habrá nadie a tu lado cuando alguien te empuje.
Ya eres libre de responsabilidades.
Ahora vuelves a mirarte en el espejo pero no te aguantas la mirada, y después miras a tu alrededor.
Estás solo.
Tan sólo como dejaste a tu amigo del alma, y no te sientes bien.
Echas de menos a tu amigo.
Te mojarás sólo bajo la lluvia, y tus antaño ruta y lugar favoritos ya no los puedes soportar.
Tu sofá te resulta incómodo y ya no te gusta aquella serie que hace tiempo que no ves.
Las galletas han dejado de tener sentido en el bote porque tú ya no las comes.
La nevera está llena de tapers con sobras de comida y en algunas incluso hay moho.
La basura se acumula en tu casa, no tienes razones para sacarla hasta que no se llene hasta arriba ya que nadie la tirará.
Cuando alguien te empuje caerás al suelo porque no tienes a nadie para sostenerte.
Ya eres preso de un recuerdo que se convirtió en tal por tu culpa.
Te das cuenta de que no sólo has abandonado a tu perro, has abandonado a tu amigo, el que más te quiere, el que no te va a traicionar ni engañar, el que nunca te criticará a tus espaldas.
El que lo único que te robará será la comida que dejes encima de la mesa en un despiste.
El que no ligará más que tú.
Ese al que debes dar las gracias por haber conocido a tu novia mientras dabais un paseo.
Ese que te espera en casa y que te recibe contento y te da besos.
El que nunca te hará daño ni te hablará mal.
El mejor amigo que hayas tenido nunca.