Sólo notas largas retumban en su cabeza,
blancas y redondas hay en la bella dehesa
que se comprime al fin al contemplarse deshecha:
-Ya no soy hermosa-al que le escucha le confiesa-
He perdido mi belleza.
Ese que allí se esconde tras la oscura ribera
es quien todas las noches a la dehesa acecha
aguardando el momento, esperando con paciencia
a que ella no mire y atacarla cual fiera.