lunes, 23 de mayo de 2011

Verano

Llamaradas de fuego surgen de tu pecho.
Ardes, y tus colores se encienden para quemar
el suelo que piso y que no has de adorar.
¿Cómo puedo, miel dorada, apagar mis ganas de amar?
La hierba muere porque no la quiero regar.

Topacios forjados emanan de la tierra.
Ríes, y tu sonrisa se apaga para romper a llorar
en lágrimas que miro y no puedo soportar.
¿Cómo puedo, vista clara, secar la lluvia de tu cama?
La arena quema porque no la quiero pisar.